La diseñadora Veronique Nichanian propuso para esta temporada una colección dónde prevalece la comodidad y se animó a la combinación de materiales como el algodón con las características sedas, cashmere y linos delicados.
Una de las novedades fue la utilización de la estampa Cheval Ombré con el efecto “trompe-l'oeil”.
Bajo el concepto “une supple allure” caminaron por la pasarela, siguiendo el estilo clásico que caracteriza a Hermès, impermeables cortos, trajes y camperas con cuellos tejidos, camisas y pantalones estampados, remeras con cuellos desmontables, bermudas, monos y zapatos y sandalias de cuero.
La paleta de colores elegida giró en torno a los tonos azules y grises incluyendo el blanco, plateado, esmeralda y sienna.
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